Por Miguel Angel Tamayo
Valle de las Cañas, Pozuelo – 22/01/2022
De vuelta a casa para despedir la primera fase de esta “innovadora” temporada, cerrando la misma contra el C.R. Alcalá, quizás el Club más desconocido en la Categoría. Más es preciso destacar este error pues hablamos de un bagaje de más de 50 años en la brega, con escisiones y fusiones, pero ahí, dejando marca a principios de los años 2000 con el Hercesa, conocido y sufrido por todos en la antigua DHB (1ª Nacional).
Trabajo, trabajo y trabajo ha llevado al equipo Alcalaíno a la División de Plata del Rugby Nacional (promesa del encomiable Jesús Cubero), aunque pronto la dependencia presupuestaria de esta División tomó forma.
En definitiva, logrando el ascenso tras una meritoria fase de ascenso con victorias ante el Portuense en tierras gaditanas y ante al Campeón Regional (Olimpico), el equipo Alcalaíno copo plaza, fajándose a la línea, sin cuartel.
Centrándonos en el partido (pues ya va siendo hora) de inicio y cómo Felipe filtraba a Iñigo en la entrevista previa, Alcalá, sabedor de la realidad de cada equipo, buscó en todo momento evitar al pack de Pozuelo, colocando en fases de melé a Espada entre Martinez y Enrique, en busca de esa salida sufriendo el mínimo daño posible en el empuje de los de Yunque/Salazar.
Más los de Amarillo y Morado venían con el orgullo herido tras dos partidos…, digamos no identitarios , y en parte frustrantes.
Sensación que provocó un Tsunami de juego vertical, dinámico e intenso, difícil de asumir por los de Rodríguez, pues cerrado el primer tiempo sufrían un 41-5 clarificador.
El partido se desarrollo bajo el devenir “previsto”, aprovechando ambos equipos para que, dentro de sus identidades y propuestas a futuro, se probaran internamente, aspecto por el cual poco más que comentar.
Agradecer a los compañeros de Alcalá el respeto demostrado, tanto por el equipo anfitrión, como por este nuestro deporte, pues compitieron hasta el pitido final de Federico, con orgullo, cómo debe ser.
Y para los de casa, congratularnos por su vuelta a la ansiada linde, siendo importante, si no más, no olvidar las últimas dos jornadas, habiendo visto el fondo de la Sima, siendo indispensable tatuársela a fuego, para no acabar siendo la piedra en su fondo.
Además de reseñar esa “improvisada” dupla en las salidas de melé, formada por Avaca desde el 10 estático, con la incorporación al intervalo de un Santi incólume (me quito el sobrero con la otra dupla Yunque/Salazar), me gustó lo qué trasmitieron los chicos (resultado aparte), durante el juego y lo qué fue, para mí, más importante, una vez acabado el mismo.
Comentándolo con Samu al acabar (try man del día), congratula volver a ver y más con lo qué se viene encima, esas sonrisas y esa seguridad en la mirada, ya lo dije en su momento así, estos chicos, no tienen techo.
Quién dijo miedo?
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