Cualquier aficionado al rugby ha escuchado alguna vez que los partidos los ganan las delanteras y son las tres cuartos las que deciden por cuánto. Y es que es esa una afirmación bastante razonable.
El equipo femenino del Pozuelo Rugby Unión ha vuelto a ganar con solvencia su último partido de liga contra Jabatas Móstoles R. C. (5-25). Esto significa que sigue siendo líder de la categoría y que atesora una ventaja de 5 puntos respecto al C. R. Majadahonda, segundo clasificado.
El partido contra el equipo de Móstoles era una prueba necesaria para saber en qué lugar se encontraba el equipo en todos los sentidos. Ha sido un partido trabado, difícil, plagado de parones y con altibajos en el juego. Y con este resultado ya sabemos que el PRU femenino estará en el grupo de ascenso de la categoría, que es el equipo a batir, y que las posibilidades que culminar la temporada con éxito se va dibujando con trazo fino. No obstante, el equipo debe pulir algunos aspectos porque las cosas se complicarán a medida que pasen las jornadas. Contra ‘las Jabatas’ los despistes y la falta de intensidad no han ayudado a que el juego fluyera con facilidad.
Ha sido la delantera del equipo la que ha destacado aguantando bien en defensa y preparando las posiciones ganadoras para la línea de tres cuartos. Si bien es cierto que el conjunto funciona más que bien, la delantera del PRU ha demostrado que los que mueven el piano en rugby son los que logran colocar las cosas en su sitio, los que preparan todo para que los que tocan ese piano puedan sentarse con tranquilidad a interpretar las melodías más finas (me permito tomar prestada esta idea que me parece tan atractiva).
Ione Herrero (capitana que ejerce de ello con sensatez y enorme cercanía con las jugadoras; que trabaja una y otra vez con la idea de creer en la victoria y en el equipo, con la idea de creer en uno mismo) peleó cada balón con contundencia, con experiencia y escondiendo esos balones para dar tiempo al resto de compañeras para colocarse y, sobre todo, pensar. Hizo un placaje de los que duelen a los que miran. María Casado y Leticia González del Yerro formaron una segunda línea poderosa.
La experiencia de Casado y su facilidad para leer cada jugada fueron esenciales en el desarrollo del partido. Bien con el placaje, excelente en el pase y muy generosa colocando a sus compañeras en el ruck justo antes de hacer circular el balón. Leticia ha vuelto a demostrar que existen jugadoras que se entregan y pelean hasta el extremo, que existen jugadoras que un entrenador nunca quiere tener enfrente porque son un problema constante por su entrega, por su lucha sin cuartel. Vitoria Granda, otra vez, estupenda. Y Marta García de Prado ha estado peleona, valiente y contundente. Ha sido la que ha marcado diferencias en cada ruck, la que ha causado estragos en la delantera contraria percutiendo sin dudar un solo instante. ‘Pichón’ (así se conoce a esta jugadora en el ámbito del rugby) es una delantera de raza.
Las cruces rojas en el calendario van apareciendo y las fechas son menos por ello. De esta primera fase restan cuatro partidos que deben servir para afianzar ideas tácticas y para, siguiendo instrucciones de la capitana del equipo, creer en la victoria, en que se puede conseguir algo grande de aquí al final de la temporada.
¡Vamos Piratas!
G. Ramirez
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