No nos ha sentado muy bien el descanso navideño. Demasiado centrados en que nos tocara la lotería o en librarnos del covid o yo qué sé, pero tenemos que volver a aprender a jugar al rugby (aunque a ratos lo hacemos).

Dicho esto, ahí estábamos 18 honrados ciudadanos (19 con el bueno de Simon) asomándonos antes de las 8 de la mañana al campo de El Bercial en Getafe, que a esas horas tenía una pinta completamente siberiana, con una preciosa y amenazadora capa de escarcha. Menos mal que apareció el solecito a calentar un poco la cosa.

18 puede parecer un número amplio de votantes para lo que suelen ser nuestros partidos, pero teniendo en cuenta que Mario no pudo pasar del calentamiento, que Nito se rompió el isquio a mitad de la primera parte y que Juanjo venía con una mano en peores condiciones que la incorrupta de Santa Teresa, podemos decir que estábamos con la escasez habitual.

Pues nada, nos juntamos en el mejor vestuario que hemos catado este año hasta ahora, nos deseamos feliz año nuevo, nos damos cuenta de que nadie ha adelgazado un gramo en todas estas semanas, nos hacemos la habitual pregunta de “dónde está Javi Rubio”, salimos a calentar por la zona del sol y en el círculo antes del partido nuestros amados líderes nos dirigen unas palabras para contagiar a todos de un ardor guerrero extremo que se tiene que notar en los primeros minutos. Se van a cagar.

Dicho y hecho. Minuto 4, su segundo centro echa muchas patas y recorre medio campo para marcar. 

Llega nuestra esperada reacción. Minuto 10, su segundo centro echa muchas patas y recorre medio campo para marcar. 

Bueno, pues ahora os vais a enterar. Hemos llegado a su 22. Melé a favor. Les ponemos ruedas y hacen golpe de castigo. Qué coño abrir. Melé. Que sufran. Otro golpe. Otra melé. Otro golpe. Otra melé. Así 6 veces. El árbitro dice que no tiene por qué pitar ensayo de castigo. Llevamos 10 minutos varados en el mismo sitio y los tres cuartos ya se han acabado el periódico y alguno saca la caña de pescar por si pica algo. En la última melé se nos escapa el balón y lo perdemos miserablemente. 

Como ninguna buena acción queda sin su justo castigo, nada más terminar estas vacaciones en su 22 nos cascan 2 ensayos más. Se va a acabar la primera parte y palmamos 26 a cero. No se nos está dando nada bien el día.

Porque somos animales de costumbres o por lo que sea volvemos a jugar a la misma zona que ya está arada repetidas veces por todas las melés anteriores, pero ahora estamos jugando con apoyos cortos y sin perder el balón, metro a metro, hasta que de un ruck a pocos centímetros de su ensayo sale un balón a nuestro capi que se mete por donde más gente había y termina marcando nuestros primeros puntos.

Los Jabatos, que ya nos tienen muy calados, sabían que mucho de nuestro juego pasa por el 8 y el 10, así que les hicieron un marcaje especial. O eso o que nuestros chicos son muy sociables y buscan siempre lugares muy concurridos, que también puede ser.

Con este buen sabor de boca llegamos al descanso y nos las prometemos muy felices. Ahora sí que sí. Este es nuestro juego. Los tenemos donde queremos. La remontada está ahí mismo. Se van a cagar. 

Empieza la segunda parte y… adivinen qué. Minuto 43, su segundo centro echa muchas patas y recorre medio campo para marcar. Palmamos 33-5. 

Pero ahora ya es diferente. El juego está más igualado y al ratito volvemos a encadenar una jugada con muchos pases y percusiones y de nuevo Conrado marca. 33-12.

Y sigue la fiesta. Nuestro juego es feo y caótico, pero aprovechamos mejor que ellos las oportunidades. En el ecuador de la segunda parte tenemos un golpe de castigo a 8 metros, Kique se lo saca rápido, hace un contrapié con el que se libra de dos placajes (sin que se le salga ninguna vértebra, que tiene mérito) y marca nuestro tercer ensayo.

Pues lo mismo ellos le están empezando a ver las orejas al lobo, porque un ratito después cometemos uno más de nuestros habituales cien mil golpes de castigo a 30 metros de nuestros palos y los Jabatos se arriesgan a chutar. Dentro, 36-17.

Los últimos 10 minutos son un desbarajuste total. En una touch nuestra cerca de su 22 su medio melé sale de una posición que al árbitro le pareció correcta, se tele-transporta e intercepta el pase a nuestro apertura. Otro que recorre todo el campo y marca.

Contestamos a nuestra manera, cabezazos y barrigazos de corto recorrido pero manteniendo la posesión, hasta que aparece Moni acelerando para recoger el balón a ras y marca nuestro cuarto ensayo, que nos da otro puntito de bonus. Parece que nos hemos abonado a esta forma de sumar.

En fin, tercer tiempo muy agradable al solecito con los Jabatos y a preparar cuerpos y espíritus para la semana que viene, en la que recibimos al Alcalá.

Como siempre, un placer jugar con vosotros.

Pato.