CRC C, 76 – Titanes, 0
Por segunda vez consecutiva seguimos terminando un partido con nuestro marcador a cero, lo que nos pone en cabeza de la tabla de clasificación. Estamos desmelenados, y eso que pelo precisamente no sobra en este grupo. Bien es cierto que hasta ahora solo nos hemos enfrentado a los equipos del fondo de la tabla, pero no vamos a restar mérito a esta curiosidad con la que sin duda daremos la brasa a nuestros nietos dentro de unos (más bien pocos) años.
Hacía un tiempo de perros. Una borrasca de las que tienen nombre se encargaba de añadir lluvia, viento, frío, llanto y crujir de dientes al alegre grupito de jugadores que salían del vestuario pensando en que habrían hecho mejor en traerse una rebequita para echarse por los hombros.
Hoy teníamos con nosotros a 6 s23 que nos dieron esa punta de velocidad que solo a veces echamos un poco de menos. Generosos con el balón y entregados en defensa, creo que se lo pasaron muy bien jugando con nosotros. Fruto de su colaboración vinieron 50 puntitos en la primera parte (digo colaboración porque solo uno de los ensayos fue marcado por un s23).
En el descanso hicimos las sustituciones en bloque, con lo que la edad media del equipo ascendió dramáticamente y la velocidad del juego cayó en picado. Entre eso y que el espíritu en el campo no era precisamente el de la batalla de Waterloo por parte de ninguno de los dos equipos, en la segunda mitad metimos la mitad de puntos.
En todo caso fue un partido divertido de jugar, sin mal rollo en ningún momento y sin lesiones, salvo la brecha de Patxi (qué bien suena “brecha de Patxi” si lo dices rápido muchas veces) en la ceja en la última jugada. Se salvará, no lo duden, que en cuanto salió del hospital se acercó al tercer tiempo por si todavía quedaba algo.
Muchas gracias a todos los que estuvisteis, a los que se acercaron a animar desafiando al mal tiempo, a los s23, a los que se sacrificaron para dejar hueco a los jóvenes, a los que organizaron el tercer tiempo (que eso de tener el bar ahora al lado del campo es un placer) y, por supuesto, a Simon, que sigue en su excelente labor de pastor, consultor, enfermero y estratega. Y damos la bienvenida a Rafa Prados, que después de unos años enfrascado en la metafísica y la crítica de la razón pura ha vuelto a ponerse de corto con nosotros.
La semana que viene tenemos un partido mucho más complicado contra Arquitectura. A ver qué tal se nos da.
Es un placer compartir campo con vosotros.
Pato
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