Vallecas, 7 – CRC C, 50
No se lo van a creer, pero de nuevo habíamos conseguido reunir esa mítica cantidad de 22 jugadores en el acta antes de empezar el partido, y eso que a última hora se nos había dado de baja Conrado, nuestro capi habitual.
Pero a cambio teníamos a una buena hornada de chavales s23 que se portaron de primera en el campo y que disfrutaron de lo lindo adaptándose a un juego de ritmo más relajado al que acostumbran y sin tener ninguna presión por el resultado. Molas, Alf, Paolo, Higuero, Jorge y Mauro, junto con nuestro Santi, que ya se pone la gorra de viejoven y contribuye a la perfecta integración de estos jovenzuelos. Un placer.
Enfrente el segundo equipo de Vallecas, un grupo de reciente creación liderado por algunos veteranos de nuestra edad y con muchos chavales jóvenes que están empezando. Vallecas es un club que va a más cada año y que está haciendo un gran trabajo en su zona. Ole por ellos.
Empezamos con un interminable calentamiento. Se nos ocurrió empezar a movernos a 50 minutos del pitido inicial, un error evidente que delata nuestra falta de costumbre y que eleva innecesariamente el riesgo de accidente vascular, agotamiento terminal y aburrimiento cósmico. A falta de 8 minutos ya no sabíamos qué más hacer y estuvimos a punto de empezar una ronda de chistes o de cantos regionales.
Entre la aportación de la quinta del biberón y el prólogo tan desaforado empezamos el partido como si fuéramos all blacks, moviendo el balón de un lado a otro sin hacer esas cagadas tontitas tan frecuentes que son ya parte de nuestro ADN. Cinco ensayos en la primera parte, el primero de ellos de Molas, casi sobre el pitido inicial. En ningún momento perdimos el control de lo que pasaba en el campo, ni siquiera cuando al final de la primera parte el árbitro expulsó temporalmente a Juanjo y Jorge por impedir el juego del equipo contrario con menos respeto del debido a las normas de combate.
Muy buena la actitud del equipo ese ratillo que fuimos 13 en el campo. Nos apañamos para sacar el balón jugable desde las fases estáticas y en defensa no dejamos demasiados huecos, en contra de nuestras más sólidas tradiciones. Incluso Paolo consiguió un ensayo. Cuando somos capaces de jugar concentrados y sin errores somos un hueso duro de roer.
Ellos tenían un ocho ya veterano, muy duro en los contactos, y un par de chavales atrás que corrían como gacelas, pero nuestros biberones (NO vamos a ser los viejos, evidentemente) echaron patas y huevos (bueno, los viejos sí que pusieron de esto último) y defendieron bien todas las ocasiones de peligro de los vallecanos. Solo en la última jugada del partido su zaguero pilló un buen balón atrás y en el contraataque se nos metió hasta la cocina. Parecía que ya se marchaba solo para marcar, pero a 5 metros de nuestra línea de ensayo llegaba Mauro lanzándose en picado como un Stuka para graparle las piernas con un try-saver de libro. Desafortunadamente el resto no pudimos evitar el off load que dejó a su compañero y la cosa acabó con ensayo vallecano en el minuto 80. La verdad es que bastante hacíamos contemplando tranquilamente la jugada desde lejos, disfrutando de ella y casi buscando el mando para darle al replay.
Moni no faltó a su cita habitual con el ensayo haciendo “la de Moni”, ese amago de darla fuera, quedársela y tirar para adelante. Como decía aquel famoso mago argentino manco, René Lavand, “no se puede haser máh lennnto” (hay que poner acento argentino para que esto suene bien). Y pese a la lentitud aparente, pese a lo repetido de la jugada, pese a que ya se la sabe todo el mundo, partido tras partido y año tras año cada fin de semana el bueno de Moni se mete en el bolsillo como mínimo 5 puntitos a base de este “te-la-doy-jaja-no,-era-broma”. Y luego lo de sus patadas, que siguen siendo descomunales. Imagínense si entrenara, ya sería la leche.
En fin, tarde muy agradable y tercer tiempo con cervezas artesanas, cortesía de los locales. Muchas gracias a Sergio por delegarnos con cariño paternal, a Miki por acercarse a ver si pillaba un par de ideas para el libro de jugadas de Los Leoncitos y a Paloma y Diana por el apoyo incondicional desde la banda.
La semana que viene no hay liga, así que cuidensen, que al finde siguiente nos toca ir de visita a Alcorcón.
Y qué bien me lo paso con vosotros.
Pato
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