CRC C, 65 – Ammonites Segovia, 14
Sensación desconocida esto de andar a mitad de febrero con 23 apuntados en el acta e incluso pidiendo voluntarios para darse de baja de la lista porque éramos demasiados. Así da gusto.
Dentro de la tranquilidad que da de antemano enfrentarse al colista fuimos capaces de salir suficientemente concentrados y serios. Vamos, tanto que a 45 minutos antes del comienzo ya estábamos correteando como si fuera un calentamiento de los de verdad.
Del fondo de armario canterano esta vez contábamos con la colaboración de Jacobo, Vasco (que estuvo muy activo todo el partido) e Higuero, que además de meter un primer ensayo precioso estuvo en todo momento creando peligro. A Pablo, Santi y Fer ya los consideramos veteranos prematuros, son uno más.
La primera parte fue un rodillo del CRC: 8 ensayos, jugadas con orden, pocas individualidades y mucho balón en constante movimiento. Los geólogos solo tuvieron una única ocasión para acercarse a nuestra línea de ensayo, pero la aprovecharon para meternos un chicharro a base de pick & go.
En la segunda parte continuó nuestro dominio territorial, aunque nos pitaron más golpes en contra de los que nos habrían gustado y nos metieron un segundo ensayo al final también a base de pick & go.
Como siempre, un placer ver los cañonazos de Moni con el pie, las internadas de Arturo o la inteligencia y visión de juego de Juanjo. Kique lo bordó pastoreando delanteros y metiendo dos ensayos (uno de ellos con un sprint de 50 metros, que ya le vale). Santi se lució como siempre resolviendo bien sus duelos en defensa a base de grapas, Diego, Fer y Pablo se hartaron a pescar balones en los rucks y Conrado aplicó su habitual fuerza añadiendo tres ensayos más. La jugada más espectacular fue un pase de reverso de Moni a Higuero, sin mirar, como Ronaldinho, que acabó siendo el primer ensayo del partido.
Tercer tiempo muy agradable en el 1-2-3 con unas no muy veganas judías con chorizo.
Muchas gracias al no muy numeroso pero sí muy querido público que teníamos esta tarde: hordas asalvajadas de hijos correteando por la banda, mujeres pensando que a ver cuándo se va a retirar de una vez su chico, compañeros de los jovencitos con pinta de no haber dormido mucho la noche anterior, nuestros lesionados Patxi, Raulito y Emilio pegando voces desde la banda, visita de nuestro querido Ludo, al que hacía mucho que no veíamos y supervisión de Miki, que esta vez no tuvo que llamarnos al orden ni avergonzarse demasiado de lo que veía en el campo. Y gracias a Simon, como siempre, por estar pendiente de todo e incluso por acercarse a demostrar al árbitro que era él quien se había equivocado al copiar los dorsales de los suplentes.
La semana que viene nos enfrentamos a Vallecas en lo que supongo que será un choque mucho más igualado. Abróchense los cinturones.
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