Torrelodones Amarillo, 14 – CRC C, 33
Efectivamente, con la victoria de esta mañana y habiendo ganado todos los partidos de esta segunda fase con bonus nos ponemos en cabeza de la clasificación de nuestro grupo a falta del resultado del último partido, que será la semana que viene contra San Isidro C. Recordemos que esos muchachos (o quizá otros, quién sabe) nos metieron la del pulpo en la primera fase de la liga, con lo que el partido de la semana que viene es una oportunidad de oro para una revancha.
Pero bueno, a lo de hoy. La cosa empezaba tranquila, con día primaveral, campo precioso con bar en el palco, vestuarios grandes y modernos, hora de lo más adecuada (un domingo a las 12) y un acta teóricamente llena pero en la que al final no aparecieron dos de nuestros sub23. Quizá la noche los confundió. Enfrente un correoso Torrelodones, con una edad media muy joven (y alguna honorable cana también), al que le costaba hilar jugadas en ataque pero que defendía con bastante buena actitud, manteniendo la estructura.
Empezamos jugando con cierto orden, pero la verdad es que no terminábamos de crear peligro. Es más, diría que la mayor parte de los primeros 20 minutos los jugamos en nuestro propio campo. Los de Torre se cerraban bien en defensa, llegaban rápido a los rucks e incluso nos empujaban un poco en las melés. Con la impotencia de ver que no entrábamos nos dio por querer hacer la guerra por nuestra cuenta, lo que nos llevó a perder aún más balones y a cometer más errores tontos. Y claro, a base de cagarla se nos acabaron metiendo hasta la cocina y uno de sus pilieres llegó a plantar el balón en nuestro ensayo, pero no subió al marcador porque Santi se marcó un magnífico placaje y obligó al contrario a hacer una croqueta demasiado evidente para marcar, lo que fue sancionado por el árbitro.
Moni, que hoy iba de capitán, se echó al equipo a la espalda y con sus pases y patadones (ojito al obús que se chutó desde nuestra 22 y acabó saliendo a 15 metros de su ensayo, touch para nosotros por el 50-22) nos metió de nuevo en el partido, incluso marcando nuestro primer ensayo con la jugada típica de la casa, que una vez más, incomprensiblemente, funcionó.
La cosa seguía bastante igualada hasta que Santi pilló un balón con algo de espacio para acelerar, dejó atrás a la primera cortina defensiva y marcó bajo palos a poco tiempo del descanso.
En la segunda parte entró Conrado en la tercera línea, dando un punto más de agresividad y contundencia a nuestro juego. Aun así, la cosa estaba bastante igualada y empezamos esta mitad con un ensayo en contra que consiguieron los de Torrelodones a base de mover bien el balón.
Pero creo que cuando se trata de mover el balón todavía mantenemos el mojo, y a continuación vinieron tres ensayos nuestros que nos daban la tranquilidad que no habíamos tenido hasta este momento. Hedi y Juanjo (dos veces) demostraron que aún tienen cintura y cambio de velocidad suficientes para superar las defensas contrarias.
En la penúltima jugada del partido su 8 encontró un hueco más bien amplio en nuestra defensa, echó patas desde su 22 (muchas, daba gloria verlo correr) y terminó marcando el último ensayo del partido, que por otro lado hacía justicia a lo que se vio en el campo.
Pi-pi-piii, a la ducha y tercer tiempo con cervezas y perritos al solecito del bar del campo, como unos pepes, con la sonrisa y la satisfacción del resultado y unos cuantos dolores varios repartidos por todo el cuerpo.
Un dato curioso: entre lo que ensaya y lo que transforma, Moni es el sexto mayor anotador de todos los clubes y todas las divisiones madrileñas, y por supuesto el máximo anotador de nuestro club. 192 puntitos lleva el chaval esta temporada, ahí es nada.
En fin, la semana que viene tenemos el último (y probablemente más complicado) partido de esta segunda fase de la liga. A prepararse.
Es un placer formar parte de este equipo.
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