Alcobendas C, 0 – CRC C, 71

En algún momento de los días anteriores llegamos a ser 23 convocados en teoría para resolver este último partido de la primera fase de la liga, que estaba aplazado desde noviembre. Pero la Ley de Murphy es inexorable y si algo puede salir mal, saldrá mal. Alguno está de viaje, otro no se ha recuperado de los golpes de la semana pasada, otro de baja laboral, otro que se pone enfermo y otro que es víctima de un espectacular accidente de la EMT. ¿Bajas aleatorias? No, amigos (todo esto hay que leerlo con la voz de Gloria Serra de “Equipo de Investigación”). Las casualidades no existen. Todos estos compañeros juegan en la primera línea.

¿Y cuántos primeras líneas nos quedan para empezar el partido? Contando todos, los altos, los bajos, los feos y los guapos, un total de cero. CERO. Ninguno. Tres cuartos a tutiplén, pero a la hora de mirar a los de la melé no vemos más que huecos vacíos.

¿Se puede empezar un partido sin primeras líneas? No. Nos darían el partido por perdido.

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¿Podemos tratar de reconvertir en poco tiempo a alguno de nuestros héroes en un primera línea? Es la única opción. Nos ponemos a ello. Preparamos un sofisticado plan de entrenamiento específico para los últimos días y creamos un gabinete de apoyo psicológico para que estos sacrificados voluntarios se encuentren a gusto saliendo de su zona de confort.

Pero claro, como las cosas son como son decidimos dejar de lado todo este plan por una solución más sencilla: no decirles nada hasta que nos vemos en el vestuario.

Total, que hacemos realidad ese mítico sueño de los delanteros de “vamos a hacer que los tres cuartos jueguen en la delantera para que vean lo que se cuece ahí dentro”. Kique de talona, Pablo y Mario de flanker… Si querías caldo, toma dos tazas.

Así que salimos con una melé anoréxica a enfrentarnos con los viejos de Alcobendas, gente muy maja con los que nos llevamos bien, pero gente que conoce su trabajo y que son duros delante y difíciles de roer. Afortunadamente para nosotros hoy tenían varias bajas importantes, lo que hizo menos difícil el enfrentamiento.

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Pero nuestros delanteros de pega hicieron un fantástico trabajo y conseguimos sacar las melés no demasiado mal e incluso llegamos a robar algunas touches. Eso quiere decir que teníamos balones para abrir a nuestros tres cuartos, que era donde teníamos más capacidad de pegada. Por ejemplo, nuestro jovencísimo Álvaro se estrenaba hoy de ala después de muchos meses de parada por lesión de rodilla y cuajó un partidazo en ataque y defensa, con una actitud irreprochable.

Muchos hicieron un partidazo de impresión, sobreponiéndose a las dificultades de jugar en un puesto extraño: Kique, Juanjo, Pablo, Angel… Y por supuesto, siempre es una garantía contar con la técnica y clase de Moni, la avalancha humana que es Diego y la garra de Conrado. Y qué bonita la internada de David al final, dejando un off-load de 10 metros a Alex para que terminara en ensayo.

Podría decir algo bueno de todos, la verdad. Cuando todo el mundo se pone las pilas y saca todo lo que tiene dentro es un placer estar dentro del campo, independientemente del resultado. Y en este caso tuvimos además el marcador a favor, marcando 7 ensayos en la primera parte y 4 en la segunda.

La semana que viene descansamos. No nos viene lada mal, a ver si recuperamos a alguno de nuestros primeras líneas. Nos vemos en dos semanas contra los Ammonites, los chavales geólogos.

Echad un ojo a las estadísticas de la clasificación de la primera fase de la liga. Hemos acabado terceros, pero habiendo metido casi 180 puntos más que los que nos preceden. Somos una máquina de marcar puntos.

En fin, es un placer jugar con vosotros.