Muy motivados veníamos para este partido contra los líderes de la liga, a los que solo les han marcado un ensayito en lo que llevamos de temporada. Ganas nuestras de hacerlo bien, día perfecto, buen campo el de Tres Olivos y un árbitro de garantías.
Pero sacamos de centro y subimos tan rápido (supongo que “rápido” para nuestros estándares) que no nos concentramos en el punto de caída de balón, al único nuestro que anda por allí se le escapa el que ha pillado la bola, que acelera con la sana velocidad de la juventud y nos casca un ensayo bajo palos en los primeros 15 segundos de partido.
No pasa nada nadita nada, ahora sí que sí, vamos a empezar de verdad. Sacamos de centro, buena presión inicial, pero ellos montan un ruck de tres como en la tele, la abren a un segundo grupo de gordos y su ocho se dedica a jugar a los bolos con nuestros defensores. Pasito a pasito llegan hasta nuestra cocina y plaf, segundo chicharro.
Y así todo el partido. Estuvimos decentes en melé, pero mal o muy mal en touch, lentos en defensa y muy poco afilados en ataque. Todo lo que intentábamos acababa desbaratado por errores nuestros (en los que también influía mucho la buena presión que nos hacían) o por aciertos de ellos en defensa, que era eficaz y contundente.
En el descanso hicimos revisión con Simon de qué podíamos sacar en claro, y la verdad es que no era mucho. Habríamos tenido posesión durante cinco minutos de la primera parte o menos y nada nos salía bien. Así que cambiamos el objetivo: centrarnos en ese partido que cada uno juega contra sí mismo, ese en el que no te puedes ocultar ni engañar a nadie porque tú sabes bien lo que podías haber hecho y lo que no, y jugarlo bien para poder salir con la cabeza alta del campo.
Y el caso es que a pesar del chaparrón de ensayos que siguió cayendo, en esta segunda parte de cuando en cuando hilvanábamos algún movimiento acertado o algún placaje contundente que dejaban un mínimo buen sabor de boca. Los balones pescados valientemente por nuestro Diego Santos y los placajes de Diego “Tormenta” fueron de lo mejor que ofrecimos durante todo el partido. Alguno del San Isidro mañana va a estar un poco dolorido en la oficina. O probablemente en clase, que aún tienen edad de estar estudiando.
Y así, más mal que bien, pero un poco bien dentro de tanto mal, nos fuimos acercando al final del partido. Nosotros no dejamos nunca de intentar avanzar y marcar a pesar de mantener el rosco en nuestro casillero, y los del San Isidro tampoco levantaron el pie del acelerador en ningún momento, lo cual me parece lo más honrado que puede hacer un equipo claramente superior.
Este 90-0 parece (bueno, es) un marcador de escándalo, pero no da idea de la buena actitud de nuestros jugadores y del nivel del contrario. Esta vez teníamos delante a un equipo joven, fuerte, rápido, técnico y muy en forma, con absolutamente nada que ver con el resto de los equipos que compiten en nuestra división.
Lo mejor: las ganas de nuestros jóvenes sub23, que demostraron saber estar a la altura de las circunstancias cuando el partido se pone jodido. Ángel Pérez, Jacobo, Pablo y Jorge Orgaz. Y también la buena actuación de nuestros gloriosos nuevos compañeros esta temporada, ya más de nuestra edad (Alejandro, Ángel F, Gustavo), que también lo dieron todo. No hubo lesiones (que visto el percal podríamos haber tenido alguna), aparte de lo que parece un esguince de tobillo de Santi y otro de rodilla de Mario.
En fin, seguimos segundos en la clasificación, pero ahora ya sentimos el aliento en la nuca de los que vienen por detrás. Precisamente con uno de ellos, Sanse Scrum, jugamos la semana que viene en nuestra casa. Reposo, ibuprofeno y buenos alimentos, que tenemos una semana para volver a darlo todo en el campo.
Es un placer jugar con vosotros.
Pato
San Isidro B, 90 – CRC C, 0
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