¡Y volvió la luz!
La oscuridad del túnel por el paso de la pandemia parece que llega a su final y, aunque no
haya que bajar la guardia, está previsto que el año que viene se dé por acabada esta plaga
que tanta tristeza nos ha traído. ¡Qué así sea!
También se vio la luz en lo deportivo cuando comenzó esta temporada. Los seniors del
masculino volvían a la categoría que por historia y palmarés nos corresponde, ¡Ya estamos
otra vez en DHA!
Otra gran novedad que nos traía el nuevo curso era la creación del equipo sub-23. Grandes
y jóvenes jugadores que necesitan este paso previo para entrar por la puerta grande en el
primer equipo.
Nuestras chicas, tras la magnífica temporada pasada, no llegaron a cumplir el objetivo del
ascenso a DHB. En esta ocasión, deseamos que a la tercera vaya la vencida y las veamos
celebrando ese ansiado logro.
Los chicos y chicas de la academia y la Escuela van cumpliendo con su formación y cada día
aumenta su nivel de juego lo que lleva a que muchos de estos jugadores y jugadoras
lleguen a las selecciones absolutas nacionales. ¡Nuestra enhorabuena por vuestros éxitos!

Y ahora ya estamos en Navidad, que es cuando se reúnen las familias.
Nosotros, como gran familia que somos, haremos lo mismo: estar juntos y celebrar
nuestros éxitos y desear para el año que viene que nos traiga retos que, por difíciles que
sean, puedan superarse, nadie dijo que esto fuera sencillo.
Quiero brindar con vosotros, como siempre hago, dos veces. La primera recordando a todos
aquellos que han vestido el azul y amarillo y ya no están con nosotros, así como a los
familiares que ya no están en las gradas disfrutando del juego de sus hijos, sobrinos o
nietos. Siempre estaréis en nuestros corazones.
También por aquellos que han sufrido lesiones y están en doloroso proceso de
recuperación. El mayor de los ánimos para vosotros.
Mi segundo brindis es de agradecimiento a todos aquellos que hacen que este barco llegue
a buen puerto: jugadores, técnicos, médicos, fisios, delegados, gerentes, voluntarios,
directivos y, sobre todo padres de la Escuela, que sin su participación no tendría sentido
nada de lo que se hace.
Mucha felicidad, salud y tranquilidad para todos
Un fuerte abrazo.
Fernando Cantalapiedra. Presidente CRC.

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